jueves, 14 de marzo de 2013

FRANCISCUS, primeras palabras...


FRANCISCUS
13 de marzo de 2013
Annuntio vobis gaudium magnum;
habemus Papam:
Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum,
Dominum Georgium Marium
Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio
qui sibi nomen imposuit Franciscum

Bendición Urbi et Orbi: 
Hermanos y hermanas, buenas tardes.
Sabéis que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo..., pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro Obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja.
(Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre).
Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la Bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el Obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí....
Ahora daré la Bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
(Bendición).
Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.

Habemus Papam FRANCISCUM



2013-03-14 L’Osservatore Romano

Las primeras palabras del sucesor de Pedro, el primero de los apóstoles, han sido una respuesta, necesaria para aceptar la elección en cónclave como Romano Pontífice. En ese momento ha concluido la sede vacante, período que, en el corazón del medioevo, Pier Damiani describe incluso como momento de terror: en cualquier caso tiempo oportuno (kairòs, en el griego neotestamentario)  durante el cual desde siempre la Iglesia tiene la valentía de volver a ponerse en juego. Ahora con la ayuda también de la oración escondida de Benedicto XVI.

He aquí explicado el anuncio de la “gran alegría” (gaudium magnum), en uso al menos desde finales del siglo XV y que repite el del ángel a los pastores en torno a Belén, iluminando con palabras enraizadas en la esperanza evangélica el devenir histórico de las sucesiones papales. En los textos cristianos más antiguos la vicisitud de Pedro se abre en el primer encuentro con Jesús al comienzo del evangelio de Juan, mientras que la conclusión del mismo evangelio alude al testimonio extremo del primero de los apóstoles.

El pescador de Betsaida no dice nada a Jesús, que parece reconocerle (“tú eres Simón, el hijo de Juan; te llamarás Cefas, que quiere decir Pedro”), pero le responde tres veces en el último y conmovedor diálogo, reequilibrando así la triple negación: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo”.
En la respuesta de Pedro se contiene el destino de sus sucesores, hombres elegidos por hombres, pero sostenidos por la misericordia descrita precisamente por el apóstol en el llamado concilio de Jerusalén: “Nosotros creemos que nos salvamos por la gracia del Señor Jesús”. Y la respuesta de Pedro es la misma que hoy, aceptando la elección, ha repetido el nuevo Papa.
g.m.v.

lunes, 11 de marzo de 2013

Silencio en la Capilla Sixtina, pero agitación en la red

Entrevista con el padre Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, experto en nuevas tecnologías y autor del afortunado blog Cyberteologia 

Luca Rolandi Roma

Entre la renuncia del papa y el cónclave, la Iglesia es el centro de atención del mundo, también a través de la red La Iglesia está en la red desde hace bastante tiempo, y la dinámica de la web se ha introducido en la institución eclesiástica. Fue Juan Pablo II quien quiso tirar redes en el gran mar de Internet. Si Benedicto XVI fue elegido a principios del gran desarrollo de las redes sociales, ocho años después nos encontramos en la época ya no solo de la mera transmisión de un mensaje, sino de la interacción y de la compartición. El modelo «broadcasting» ya casi ha desaparecido y hoy la comunicación es bidireccional y va de arriba para abajo o de abajo para arriba.
El pontificado de Benedicto XVI ha encarado estos temas ampliamente y basta releer los últimos cinco mensajes dedicados a la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales para comprender cómo la Iglesia ha aceptado el desafío. En una de sus últimas intervenciones, el papa Ratzinger en la última plenaria del Pontificio Consejo para las Comunicaciones dijo que «en la red se están desarrollando metáforas para vivir el discurso de la fe, para hablar de la fe del Evangelio». En este sentido, el valor de la presencia del papa en Twitter es un símbolo eficaz. Así como León XIII dio la bendición a través de la película de los hermanos Lumière y Pío XII impartió su mensaje a través de micrófonos de la Radio Vaticana —en ese entonces un acontecimiento extraordinario—, Benedicto XVI no podía no pronunciarse sobre los nuevos instrumentos de comunicación, que son un ambiente en el cual la interacción es posible gracias a los comentarios y a la compartición.

Twitter y el mensaje cristiano: ¿una relación feliz?
Twitter es un instrumento que se puede combinar eficazmente con el misal o con el libro de meditaciones. El hombre moderno distraído, atareado y angustiado tiene necesidad de mensajes que sean un concentrado de sabiduría, que puedan alcanzarlo como si fueran agujas, con mensajes tajantes, precisos, que puedan conmoverlo provocando profundas reflexiones para su interioridad, ayudándolo a reflexionar. En el fondo, el mensaje breve y rítmico de Twitter se combina muy bien con los versos bíblicos, las antífonas, los salmos y las jaculatorias. Es cierto que el ambiente virtual puede llevar al aislamiento y ser alienante. Pero si ahondamos un poco vemos que esta realidad ha pasado a ser común en la vida humana, y es una de las ágoras donde hoy vive el hombre.

Cómo interpreta la Iglesia esta era digital
A fin de cuentas, el diálogo en el ambiente digital, lo dice una vez más Benedicto XVI, se convierte en instrumento para el encuentro también en la vida física. Hoy la red es vivida como un lugar donde las personas logran superar los límites del espacio y del tiempo y, por lo tanto, pensar juntas. Esta realidad tendrá un impacto muy interesante también en el estudio teológico. En una época se hablaba de las «otras» teologías, entendiéndolas como reservas, con respecto a la doctrina. Hoy la red no anula las dimensiones locales, sino que las une. Hoy no existen solo las teologías india, latinoamericana, africana, sino que todas se pueden confrontar en una síntesis que la red puede valorizar, llevando a nuevos puertos. Existe un amplio debate teológico en el que caen las barreras. Esta actitud global está creando espacios en los que la gente, además de la red, en la vida off line, podrá retomar una actitud de diálogo y de construcción conjunta del futuro. Existen algunas contradicciones. Por un lado, la red cierra y aísla; por el otro, ofrece la posibilidad de colaboraciones que serían imposibles de otro modo. En esta dimensión, la Iglesia tiene una vocación de favorecer todo lo que favorece la relación, la compartición, en una palabra, la comunión.

Estamos a punto de vivir el primer cónclave «social»
Algunos cardenales están presentes en Twitter y utilizan las redes sociales habitualmente. Es preciso no pensar que el ambiente digital tiene reglas diferentes de las del mundo real físico, porque ya forma parte de este. Con el fin de garantizar la libertad, la reserva y la sinceridad de la confrontación, habrá un gran silencio en el cónclave. Nadie podrá comunicarse con el exterior, ni con la voz, ni con la palabra, ni con la escritura. Así como no se comunica con el exterior físicamente, no se comunicará tampoco digitalmente. El criterio es el de la coherencia. Naturalmente, afuera del cónclave se ha instaurado —y se asentará aún más en los próximos días, cuando los cardenales entren a la Capilla Sixtina— un debate que espero que sea no tanto sobre los nombres sino sobre los desafíos de la Iglesia del futuro, que se ve llamada a enfrentar los rápidos cambios de la sociedad. El último gran legado de Benedicto XVI.

¿Cuánto durará el cónclave?
La duración del cónclave no dependerá de la red. Imaginar que tendrá un desarrollo prolongado podría hacer pensar en un debate encendido y una incapacidad de decisión por parte de los cardenales. Separaría a los cardenales de las lógicas que estarán fuera de la Capilla Sixtina. Pienso que no se verán demasiado influenciados por estas lógicas, que existen, porque lo que está en juego es demasiado importante para permanecer vinculados excesivamente a estas dinámicas. Lo que me parece obvio es que habrá una gran discusión y también un sentido de presión, que los cardenales no advertirán porque estarán, a pesar de todo, aislados del mundo.

El perfil del nuevo papa
Los nombres no son más que símbolos; en realidad, muchos cardenales no son conocidos por la gente. En el fondo, se dan nombres porque representan instancias y tensiones y perspectivas dentro de la Iglesia. Pienso que el próximo papa deberá ser, naturalmente, una persona muy consciente de la tradición de la Iglesia, y también de la diferencia, como ha dicho el cardenal Schonborn, entre la tradición y las cosas tradicionales. Una persona que tenga el vigor en el alma y en el cuerpo, valiente según las indicaciones de Benedicto XVI, capaz de comprender el mundo actual. Ciertamente, deberá estar abierto al mundo, por la universalidad de la misión pedrina, con la mirada hacia el futuro, porque tendencialmente su ministerio dura toda la vida.

sábado, 9 de marzo de 2013

Los retos del nuevo Papa: Comunicar sin miedo a aprender de otros

Martes 12 de Marzo de 2013 Inicio del CONCLAVE


Martes 12 de Marzo de 2013  Inicio del CONCLAVE

RV).-Al final de la octava Congregación General, la tarde del viernes 8 de marzo, el vocero de prensa de la Santa Sede, p. Federico Lombardi informó de la decisión de los cardenales de convocar el Cónclave para el martes 12 de marzo. Recordamos que el Colegio Cardenalicio está formado por 207 miembros, de los cuales 115 menores de 80 años formarán parte del Cónclave que a partir del martes iniciarán las votaciones para elegir al sucesor de Benedicto XVI.

             COMUNICADO DE LA OFICINA DE LA PRENSA DE LA SANTA SEDE

El Colegio de cardenales ha decidido en la octava Congregación General que ha tenido lugar esta tarde desde las 17 a las 19 horas que el Cónclave para la elección del nuevo pontífice se abrirá el martes 12 de marzo de 2013.
Por la mañana se celebrará en la basílica de San Pedro la Santa Misa “Pro eligendo Romano Pontífice”. Por la tarde del mismo día se entrará en el Cónclave.
(RC-RV)

viernes, 1 de marzo de 2013

Sede Vacante


(RV).- Aplausos, lágrimas, mucha conmoción en el Vaticano en la despedida de Benedicto XVI, que esta tarde ha abandonado la Sede papal del Palacio Pontificio, que ha sido su casa durante casi 8 años. El Santo Padre ha viajado por última vez como Papa a su residencia de verano de Castelgandolfo, 17 días después de anunciar su renuncia a la Sede de Pedro, el pasado 11 de febrero. Estas han sido sus última palabras, saludando a miles fieles que lo esperaban en Castelgandolfo.

(audio) Queridos amigos soy feliz de estar con vosotros, rodeado por la belleza de la Creación y de vuestra simpatía, que me complace. Gracias por vuestra amistad y afecto.
Vosotros sabéis, que el día de hoy es distinto al de otras veces precedentes. Ya no soy Sumo Pontífice de la Iglesia Católica (hasta las ocho aún lo seré, luego ya no).
Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra.
Pero quisiera una vez más, con mi corazón, amor y oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores trabajar por el bien común y el bien de la iglesia y de la humanidad.
Me siento muy apoyado por vuestra simpatía. ¡Vayamos juntos hacia delante con el Señor para el bien de la Iglesia y del mundo!
Os imparto con todo mi corazón mi bendición. Gracias y buenas noches


Las últimas horas de Benedicto XVI en el Vaticano, en este su último día al frente de la Iglesia, han seguido una pauta normal, casi cotidiana. El Papa ha almorzado frugalmente, como siempre, en torno a la una de la tarde. Y luego, posteriormente ha descansado un rato, antes de quitarse el anillo del pescador, y entregarlo al camarlengo, el cardenal Tarcisio Bertone (que no lo rayará hasta las ocho de la tarde).
Benedicto XVI ha salido después de los apartamentos pontificios, dando inicio a su marcha, que ha sido a partir de aquí, retransmitida en directo por el Centro Televisivo Vaticano para todo el mundo. En torno a las 5, el Pontífice se despidió en el Patio de san Dámaso de sus colaboradores de la Secretaría de Estado y del cardenal camarlengo Tarcisio Bertone y ante un piquete de honor de la Guardia Suiza subió al automóvil, que lo llevó al helipuerto del Vaticano.
En lo alto de la colina vaticana, antes de subir al helicóptero que lo trasladó a Castelgandolfo, el Papa saludó al cardenal decano, Angelo Sodano. Benedicto XVI voló acompañado de su secretario, Mons. Georg Gaenswein, muy consternado. Mientras sobrevolaba la ciudad eterna, todas las campanas de Roma repicaron en homenaje al Papa.
Tañir de campanas que acompañaron también la llegada de Benedicto XVI a Castelgandolgo, donde fue recibido por el cardenal Giuseppe Bertello, el alcalde y el párroco de la pequeña localidad donde está ubicado el Palacio Pontificio, la residencia veraniega de los Papas. Allí vivirá un par de meses seguramente hasta que sea restaurada su nueva residencia en el Vaticano.
Poco después de llegar, Benedicto XVI hizo su última aparición en público como Papa, asomándose al balcón principal del palacio para saludar a los fieles que allí se habían congregado.
A las 8 de la noche, la Guardia Suiza, encargada de custodiar al Santo Padre, se retirará de la entrada principal, cerrando la puerta del Palacio de Castel Gandolfo y dando inicio a la Sede Vacante.
El pontificado de Benedicto XVI ha durado 2.873 días después de que se presentara ante los fieles, en el balcón principal de la basílica de San Pedro, como "un humilde trabajador de la viña del Señor". ER - RV

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