BIENAL TEOLÓGICA - UITCAM
En el marco de la Bienal teológica de la UITCAM se presentó el panel
sobe “los signos de los tiempos en la aldea global.” Hubo tres perspectivas distintas, pero
complementarias: una desde la sociología de las religiones, otra desde los
movimientos ciudadanos emergentes, en particular aquellos que están trabajando
por la paz y la justicia, y otra desde la ecología.
Abrió
el panel Bernardo Barranco hablando de la complejidad del fenómeno religioso en
México, de la disminución del catolicismo (10 puntos porcentuales en 40 años) y
la proliferación de “nuevos movimientos religiosos”. Los rasgos distintivos de
estos movimientos son: un componente “espiritual” con ciertos tintes
fundamentalistas, arraigada actitud intransigente ante el mundo moderno,
actitudes “salvacionistas”, líderes carismáticos y rigidez moral. Aunque
existen grupos que han crecido exponencialmente (como los Testigos de Jehová)
nos encontramos ante una diversificación creciente de panorama religioso. Finalmente, respondiendo a la pregunta sobre
nuestra responsabilidad como cristianos en esta transformación, afirmó que como
Iglesia hemos abandonado al sector popular, hemos perdido creatividad pastoral,
y descuidamos el diálogo catolicismo-cultura. Nos invitó a desburocratizar
nuestras pastorales, a dialogar con los nuevos referentes religiosos de nuestra
sociedad, y a tener un espíritu firme,
apertura de corazón y celo misionero.
Pietro
Ameglio abrió su ponencia recordando las palabras que Dios dirigía a Caín:
“¿Dónde está tu hermano?” y nos ayudó a darles rostro y nombre a las víctimas y
los líderes sociales que han sido asesinados;
nos recordó que estamos en “situación de guerra” y nos invitó a escuchar
los gritos de amplios sectores de la población que dicen: ¡Ya basta! Nos
conminó a ser una Iglesia profética,
actores en la construcción de la paz con el compromiso de vida y sumando
fuerzas con los grupos y ciudadanos que forman, con su no violencia activa, la
“reserva moral” de nuestro país. “Que la Iglesia haga todo lo posible contra la
violencia, incuso colocando su cuerpo en el espacio público para decir no.
¡Alto a la mano que mata y desaparece!”
Finalmente,
Narciso Barrera-Bassols, desde una novedosa e interesante perspectiva, nos
ayudó a entender términos como “memoria bioculural” o “culturaleza”[1].
Nos hizo sentir la crisis sistémica que estamos enfrentando y el desgaste de
nuestro “planta canceroso” por los abusos de una cultura moderna amnésica y
depredadora de los recursos naturales. En la sabiduría de los pueblos
tradicionales la subsistencia y el cuidado de la naturaleza iban de la mano,
con referentes cognitivo-simbólicos muy importantes: la tierra es nuestra
madre, es sagrada… Los guardianes de nuestra riqueza biocultural han sido
siempre los más pobres, los pueblos tradicionales, las mujeres y los pueblos
indios. Valoró la riqueza del “catolicismo popular” y la pastoral de muchos
agentes comprometidos con los pueblos indios. Nos invitó a acompañar e impulsar
los cientos de organizaciones campesinas e indígenas que están luchando por el
respeto a su dignidad y a luchar contra los intereses de las mineras y las
grandes trasnacionales que atentan contra la biodiversidad (habló en particular
del maíz transgénico que entrará a nuestro país a partir del 1º de diciembre).
Carlos
Ceballos, MSpS
Moderador
[1] Víctor M. Toledo y Narciso Barrera-Bassols, La memoria biocultural.
Icaria Editorial, Barcelona, 2008. Ver:
http://www.ciesas.edu.mx/desacatos/35%20Indexado/resenas4.pdf
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